En Castilla y León hay productos de la tierra de gran calidad, y el vino es uno de los que destaca. Precisamente la extensión de la comunidad hace que existan varias denominaciones de origen e indicaciones geográficas protegidas, entre ellas la protagonista de hoy: el Vino de la Tierra de Castilla y León IGP.
Si tienes curiosidad antes de leer este contenido por descubrir cuáles son las otras denominaciones e indicaciones protegidas, te recomendamos pasarte por nuestra guía resumen: denominaciones de origen de vinos de Castilla y León. Si ya la habías leído y te has convertido en todo un experto en vinos de la región, entonces seguramente quieras empezar a descubrir secretos sobre la IGP Vino de la Tierra de Castilla y León.
Vino de la Tierra de Castilla y León IGP
Cuando se habla de la IGP Tierra de Castilla y León, se habla en general de vinos tranquilos en sus tres tipologías, blancos, tintos y rosados; así como de vinos de licor y vinos espumosos y de aguja. También hay algunas bodegas que comercializan los conocidos como vinos de uva sobremadura.
La característica de esta indicación geográfica protegida es precisamente que los vinos que se obtienen han sido cultivados en una extensión bastante grande de terrenos que cuentan con unas cualidades que hacen de la tierra un lugar especial para el cultivo de la vid. A esto hay que sumar que en el caso de los vinos rosados y blancos, las variedades de uva típicas de Castilla y León son las encargadas de marcar el punto de diferenciación: Verdejo, la Godello y Prieto Picudo
¿Cómo son los caldos de Vinos de la Tierra de Castilla y León IGP?
Tanto el lugar en el que se cultivan, que es precisamente la zona que engloba toda la indicación geográfica protegida, como el tipo de variedad de uva que se utiliza, marcarán claramente el valor diferenciador de estos vinos. Entre las características de cada uno, podríamos señalar como más llamativas:
- Blancos. Los caldos blancos de esta IGP son frescos y con gran aroma a frutas. La principal diferencia con los de otras regiones es precisamente la presencia que tienen en boca.
- Rosados. Sin lugar a dudas el adjetivo que mejor les define es que son frescos. Tienen aromas intensos a frutas, y se diferencian de otros en un cuerpo con gran presencia e incluso en un recuerdo en la vía retronasal.
- Tintos. Podrían resumirse sus cualidades en dos: potentes y con mucho aroma a fruta madura. Sin embargo, nos dejaríamos fuera otra cualidad que les diferencia, y es su color armonioso. Además, precisamente por sus cualidades, admiten largas crianzas.
- Espumosos. En esta indicación geográfica protegida, son de reciente creación. Esto les ha permitido destacar frente a otros caldos elaborados en zonas distintas, precisamente por sus notas delicadas y un perfil aromático muy complejo.
- Los vinos de aguja y los vinos de licor y de uvas sobremaduradas tienen una presencia menor. Sin embargo, en el caso de los primeros, se están obteniendo opciones de muy alta calidad que ya les están haciendo hacerse un hueco en el mercado. Los de licor, aunque no tengan origen en la zona sino que hayan basado el método en la zona de Andalucía, comienzan también a tener cierta fama por la calidad que están alcanzando.
¿Por qué elegir vinos con indicación geográfica protegida de Castilla y León?
Apostar por la tierra es apostar por el producto de aquí. Y esa es una de las mejores maneras de hacer crecer a la comunidad, de mantener el planeta más limpio al generar una filosofía km0, así como a potenciar que las fórmulas de elaboración tradicionales se mantengan dando empleo y generando riqueza en el lugar. Si a todo esto le sumas que la calidad que ofrecen los vinos de Castilla y León es elevada, está claro que elegir vinos con IGP es un acierto en todos los sentidos.
Si te ha gustado nuestro artículo de hoy, quizás te pueda interesar hacer un completo recorrido por las denominaciones de origen de vinos de Castilla y León. En el artículo previo, procuramos dar a nuestros productos castellano-leoneses la relevancia que se merecen y potenciar el consumo de los mismos.
