En la localidad de Frías (Burgos) nos encontramos el Castillo de los duques de Frías, un lugar tradicionalmente defensivo. Servía para defender todo el vado del Ebro y el valle de Tobalina, lugares de gran importancia en la Antigüedad.
Este castillo es uno de los mejor conservados de toda Castilla, con un montón de estancias que están conservadas casi en su totalidad. Por ello, merece la pena visitarlo por ser un lugar de culto en sí mismo. Por esto, te contaremos más sobre este lugar, explicándote su historia y sus estancias
Así es el Castillo de Frías
Antes de visitar el castillo de los duques de Frías, deberías conocer lo siguiente:
- Historia
- Puerta de acceso
- Patio de armas
- Torre del reloj y torre del homenaje
- Sistema defensivo
Historia
La historia comienza en el siglo IX, siendo en su origen una fortaleza para defender la zona de los musulmanes. Para ello, se construyó sobre el peñasco de La Muela por su valor defensivo. La muralla no sería construida hasta 1201, siendo desde entonces propiedad de la corona de Castilla, viniendo así las reformas de Alfonso VIII, que lo dotarían de nuevas defensas.
El castillo de Frías tuvo varios tenientes en estos años, como Sancho de Rojas, los Zúñiga o la familia de Alvarado. Aquí destaca el señor Pedro Fernández de Velasco y Solier, que lo restauró, aunque no tendría la aceptación del pueblo de Frías.
Después de otras reformas, incluyendo la apertura de cañoneras y troneras, siguió teniendo una utilidad militar y más tenientes, como Fernando de Salazar y Velasco o Nicolás Fernández de la Peña. Tras la Guerra de la Independencia dejó de utilizarse como castillo militar, pasando en 1920 a manos del Ayuntamiento. Después de una restauración, se utiliza como lugar turístico.
Puerta de acceso del Castillo de Frías
Lo primero que destaca es la puerta de acceso al castillo. Se accedía a él por un puente levadizo que cruzaba un foso que se excavó en la propia roca. Al cruzarlo, tenemos una antepuerta y los restos de la buhedera. Después de cruzar, tenemos una puerta reforzada con una barra de hierro rectangular conocida como alamud y un rastrillo de acero.
Además de esa puerta, existía otra que actuaba como salida de emergencia. Se puede ver todavía en la parte norte del patio de armas, debajo de la pequeña torre que se encuentra ahí.
Patio de armas
Al entrar, nos encontramos con el patio de armas del castillo de Frías. Todavía se puede ver la forma cuadrada original, aunque en el pasado estaba parcialmente cubierto. En el norte estaban las estancias del servicio y al sur, las de los residentes. Todavía se conserva el aljibe de acceso al pozo central en la parte central.
El muro sur está relativamente bien conservado, con ventanales con capiteles de origen románico del siglo XII. Hay 3 capiteles con diferentes decoración, siendo el primero decorado con cuatro arpías que sujetan una serpiente, el segundo decorado con tres jinetes con escudos, espadas y lanzas y el tercero decorado con cuatro grifos.
Torre del reloj y torre del homenaje del Castillo de Frías
Al sur de la fachada este, existía una torre del reloj que servía para el pueblo. Sin embargo, ese reloj ya no existe, siendo sustituido por un reloj eléctrico que aún funciona.
La torre más destacada del castillo es la torre del homenaje, que es independiente al mismo. Es una torre construida en mampostería de planta poligonal, estando unida al castillo por una escalera. Su parte inferior se considera una de las más antiguas, aunque la superior no se construyó hasta el siglo XV. Además, se cayó tres veces, la última en 1830 por la Guerra de la Independencia.
¿Cómo era su sistema defensivo?
El castillo de Frías destaca por su buen sistema defensivo. La base era la localización elevada, separada del núcleo urbano para evitar que fuera atacado.
Para mejorar el sistema defensivo, se construyó un foso, que combinaba a la perfección con el adarve almenado y la antepuerta. Desde la torre del homenaje, separada del resto del castillo, se podía defender mejor la ciudad de Frías. La muralla poseía tres puertas, siendo una de ellas destruida por las tropas de Napoleón.