Sepúlveda es un municipio que todo el mundo debería visitar al menos una vez en la vida. Situado en la provincia de Segovia, está declarado conjunto histórico-artístico desde mediados del siglo XX, y forma parte de la organización ‘Los pueblos más bonitos de España’. Con una población de 970 habitantes, está ubicado en el entorno del Parque Natural de las Hoces del Río Duratón. Es más, el centro de interpretación del parque se encuentra en Sepúlveda, de forma que es un buen punto de partida para iniciar una ruta de senderismo y conocer la flora y fauna de la zona.
Por Sepúlveda han pasado numerosas civilizaciones a lo largo de la historia: romanos, visigodos, musulmanes… Sin embargo, prácticamente todo lo que hay en la actualidad es de origen cristiano. No se sabe a ciencia cierta si la villa existía antes de la Edad Media, aunque en los alrededores sí se han hallado restos prehistóricos y visigodos. Vivió su mayor época de esplendor en el siglo XI, durante la época de Alfonso VI, en la que llegó a tener un total de 15 iglesias.
Los monumentos más importantes de Sepúlveda
En la actualidad sólo se conservan algunos restos de las murallas que en otra época rodearon la villa. Documentos históricos indican que tuvieron Siete Puertas, y a día de hoy se pueden visitar tres de ellas: Puerta del Ecce Homo, Puerta de la Fuerza y Puerta del Río.
Iglesia de El Salvador
Uno de los templos religiosos de la localidad segoviana. Su construcción data de finales del siglo XI y es de estilo románico. Uno de sus datos más característico es que la torre está separada de la nave, y se comunica con ella mediante un pasadizo estrecho y abovedado. El pórtico es uno de sus grandes atractivos.
Iglesia de los Santos Justo y Pastor
Una iglesia románica erigida entre los siglos XII y XIII, que en 1931 fue declarada Monumento Nacional. En la actualidad es la sede de El Museo de los Fueros, que te recomendamos visitar. Se cree que fue uno de los templos religiosos más importantes de Sepúlveda ya se encuentra dentro de la muralla que protegía la villa de los invasores.
Iglesia de Nuestra Señora de la Virgen de Peña
Del mismo modo que las dos anteriores, es románica y del siglo XII, aunque el pórtico que hay en la actualidad data del siglo XIII. El ábside tiene columnas adosadas y alberga la imagen de la patrona de la villa y su tierra, Nuestra Señora de la Peña. Se trata de una talla del siglo XII en madera policromada.
Puerta del Azogue
Paseando por el casco antiguo de Sepúlveda te encontrarás con la Puerta del Azogue, justo al lado de la Iglesia de los Santos Justo y Pastor. Te aconsejamos seguir la ruta hasta la Casa del Conde de Sepúlveda, cuyo balcón es impresionante.
¿Cómo llegar a Sepúlveda?
Llegar hasta Sepúlveda es muy sencillo, y es un pueblo perfecto para hacer una excursión de día desde Madrid. La distancia es de 125 kilómetros y el viaje dura apenas una hora y media.
Si te apetece aprovechar al máximo la visita, puedes visitar Pedraza, ubicado a sólo 25 kilómetros de distancia de Sepúlveda. Una villa de carácter medieval con muchos monumentos de gran valor, como la Puerta de la Villa, el Castillo del siglo XIII o la Plaza porticada de estilo castellano. Vivió su época de mayor esplendor entre los siglos XVI y XVII, cuando se construyeron la mayoría de casas y palacetes.
Platos típicos de la cocina segoviana
El turismo cultural e histórico son fantásticos, pero no hay que dejar de lado la gastronomía. Segovia es una de las provincias del territorio nacional donde mejor se come, y el pasado campesino hace que la mayoría de platos típicos sean muy contundentes.
El cochinillo de Segovia es el plato más conocido de la provincia castellanoleionesa. Se sirve en cazuela de barro, y siguiendo la receta tradicional, se cocina al horno de leña, de forma que queda muy crujiente por fuera y tierno por dentro.
Los judiones de la granja son un guiso típico que se elabora con judiones y diferentes tipos de carne de cerdo, como jamón, morcilla y tocino. Por supuesto, la sopa castellana es imprescindible, sobre todo durante los meses de invierno. La receta es muy simple ya que se elabora con ajo, pan duro, huevo, pimentón y tacos de jamón, pero el sabor es espectacular.
Y, por último, la trucha a la segoviana, que se fría con jamón y se sirve con patatas panadera.
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