El jamón Salamanca es uno de los más apreciados por su alta calidad. De hecho, el más reconocido es el de la denominación de origen de Guijuelo, localidad que muchos visitan cuando acuden a la ciudad porque merece la pena deleitarse no solo con su jamón, sino con la cantidad de embutidos ibéricos que preparan. Sin embargo, no siempre se sabe reconocer un buen jamón, y precisamente eso es en lo que pretendemos ayudarte hoy desde Dónde Comer Sano.

 

La guía básica para elegir un buen jamón Salamanca

Antes de darte las que consideramos son las claves para elegir un buen jamón, es posible que te interese nuestro post sobre jamón de bellota, así como el artículo en el que hemos hablado sobre los mejores quesos de la región.

Lo primero que has de tener en cuenta en la elección de un buen jamón Salamanca es precisamente el tiempo de curación. Los serranos suelen curarse por un tiempo de unos 7 meses. Cuanto más curado, más intenso suele ser el sabor, pero también se incrementa el precio de la misma. El tamaño es también una cuestión fundamental, sobre todo si quieres que realmente el producto se mantenga en su punto durante todo el tiempo que vas a consumirlo. Considerando que el 40% de su peso es lo que al final acabarás consumiendo, ¿crees que te conviene una pieza grande? Si no es así, las paletas también son una buena idea y pueden tener una enorme calidad -aunque exista un mito que diga lo contrario. Recuerda que son lo mismo que el jamón, solo que en este caso se elabora a partir de las patas delanteras del cerdo.

Ahora vamos a descubrir eso de lo que todo el mundo habla cuando se trata de dar consejos para elegir un buen jamón: las etiquetas

Etiquetas identificativas de los jamones

El color blanco responde a un jamón alimentado con pienso y que ha sido criado en una ganadería intensiva. Sin embargo, en el caso de los precintos verdes, la información que te está ofreciendo es la de que ese cerdo del cual se elaboró el jamón fue alimentado con pastos mayoritariamente, aunque se reforzó la dieta con piensos. Respecto a los precintos rojos, señalan aquellos productos que proceden de animales criados al aire libre y alimentados de bellota y pasto natural. Cabe señalar que no son 100% raza ibérica, sino que se mezclan con Duroc. La marca de la raza ibérica y la alimentación exclusiva de los pastos en la dehesa viene señalada de una etiqueta completamente negra.

El jamón de Salamanca se ha ganado su fama gracias a la apuesta por los ganaderos por una calidad excelente. De hecho, son muchas las tapas basadas en este producto que no requieren de nada más que de un trozo de pan -a poder ser también artesanal y de la tierra-, para conseguir una mezcla realmente excelente. Así que, recuerda, apuesta siempre por el producto local y si quieres las máximas garantías, recuerda revisar los logos de la denominación de origen.