Adentrarse por primera vez en el mundo de los vinos puede dejar exhausto a cualquiera. De hecho, son muchas las cuestiones que se tienen en cuenta antes de poder llevar alguno de los sellos de los consejos reguladores. En este artículo de hoy vamos a intentar explorar una categoría concreta, el vino crianza Ribera del Duero y ver todos los requisitos que deben cumplir antes de salir al mercado. De ese modo, el lector puede también comprender mejor qué es importante a la hora de elegir este tipo de caldo.
Conociendo al vino crianza Ribera del Duero
Atendiendo a lo que indica el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera del Duero, hay tres cuestiones fundamentales que todo principiante en el mundo de los caldos debe conocer para elegir a un crianza Ribera del Duero. Por un lado, la zona de cultivo de la vid que está bien delimitada y cuyo clima y terreno van a influir en las propiedades del producto. Por otro, la variedad de uva con la que se elabora el mismo, así como el tiempo de crianza o tiempo en el que el vino permanece en barricas. Vamos a verlas una a una:
- Ubicación de los viñedos. La Denominación de Origen Ribera del Duero sitúa los cultivos de vid que pueden ser utilizados para elaborar sus vinos al norte de Castilla y León. Forman parte de ella varias comarcas, todas a la orilla del Duero, que se ubican en Burgos, Segovia, Soria y Valladolid. El particular clima ha dotado al suelo de características ideales para su cultivo, y los contrastes imprevisibles de la propia meteorología les dan un carácter y fuerza que hace que tengan un gusto único.
- Variedades de uva permitidas y porcentajes. El Consejo Regulador señala que se debe utilizar al menos un 75% de uva de variedad Tempranillo (conocida también como uva tinta del país o tinto fino). A esta se le puede sumar para alcanzar como mínimo el 95% de la composición variedades como la Malbec, Cabernet Sauvignon o Merlot. Otras variedades como Albillo o la Garnacha Tinta pueden estar presentes, pero sin superar el 5% del total de composición.
- Tiempo de crianza. Esta es otra de las cuestiones en la que se establecen unos mínimos para todos los vinos crianza Ribera del Duero. 12 meses como mínimo en barricas, y las mismas han de ser de menos de 330 litros. Si a eso se le suma que ha de afinarse tras el paso por barrica en la botella, son dos años los que pasan en bodega como mínimo los vinos crianza Ribera del Duero.
Vinos crianza Ribera del Duero: sabores intensos y afrutados
Cabe señalar que aunque existen un montón de guías que ayudan a elegir buenos vinos, y que son muchos los crianza Ribera del Duero que se cuelan año a año entre los mejores, un vino debe ser elegido según el paladar de quién lo bebe. Es decir, hay muchos buenos vinos que pueden no entusiasmarte en cuanto a sabor, y otros que no han sido premiados (en muchos casos porque no participan en esos certámenes), que puede parecerte están realmente buenos. Como casi todo, es cuestión de gustos.
Lo importante es saber que las denominaciones de origen marcan unas pautas de elaboración con las que se garantiza la calidad. Y que, aunque cada uno de los Ribera del Duero que encuentres en el mercado sea único -cada cosecha lo es aún siendo de la misma marca-, te ofrece una serie de características que siempre vas a encontrar en ellos: vinos con carácter y personalidad que llenan los paladares de sabores intensos y afrutados.
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