Una de las primeras fortalezas defensivas de Castilla y León fue el Alcázar de Toro. Se trata de una edificación de planta cuadrada, que es originaria del siglo X y que servía como defensa de la ciudad, ya que se situaba en la parte más alta de la misma, dando así ventaja sobre los enemigos. Era tan segura que incluso los Reyes Católicos vivieron ahí durante un tiempo.
Esta fortaleza tiene una gran historia detrás, con varias reconstrucciones, con todo tipo de nobles residiendo allí e incluso teniendo importancia en la Guerra Civil. ¿Quieres saber más? Hoy te contaremos todo sobre ella, incluyendo no solo su historia, sino también sus características arquitectónicas y restauraciones.
Todo sobre el Alcázar de Toro
Esto es lo más destacado del Alcázar:
- Historia
- Arquitectura
- Estructura
- Actualidad
Historia
El Alcázar de Toro se construyó en el siglo X, levantándose a 110 metros del río Duero, en la acrópolis de la ciudad. Perteneció al Reino de León, dándose como dote de matrimonio a Berenguela, esposa de Alfonso IX. No sería hasta el siglo XII donde tendría la forma y configuración actual. Con Fernando III, sería el escenario de unión entre Castilla y León.
En este lugar, se producirían algunas matanzas de Pedro I “el Cruel”. Después, sería residencia de Juan II de Castilla y se harían varias reformas, con el fin de convertirse en una residencia señorial.
Durante los años posteriores, se usó como fortaleza defensiva en la guerra de Sucesión Castellana y en la Batalla de Toro, siendo la residencia real durante ese tiempo. En el siglo XVI, se abandonó como residencia real, iniciándose su declive hasta su restauración posterior.
La razón de ese abandono fue el haberse posicionado a favor de Beltraneja en vez de a favor de los Reyes Católicos, desmantelándolo, con el fin de hacerlo más vulnerable y evitar sublevaciones.
Ya en tiempos modernos, fue usado por el bando sublevado como cárcel para los presos republicanos, con más de 200 en 1936.
Arquitectura del Alcázar de Toro
En su día, tuvo una gran importancia militar. Se construyó al margen derecho del Río Duero, dándole una mayor posición estratégica. De su construcción original del siglo X, sólo se conservan los muros interiores, siendo un pequeño recinto amurallado.
Fue en siglos posteriores cuando se construyó el actual, con planta romboidal, muros de argamasa de cal y canto rodado. En tiempos pasados, había una Torre del Homenaje, pero fue derribada. La puerta principal de acceso tiene una fachada del siglo XVII, aunque la original está a mano izquierda, en el arco cegado.
En su interior, hay un patio y varias estructuras, que fueron fruto de la restauración y son construcciones contemporáneas. Estas dependencias interiores se usan como talleres, centros de interpretación y salas de exposiciones.
Estructura del Alcázar de Toro
La estructura del Alcázar de Toro merece una mención especial, ya que es la clave de su éxito. Su planta romboidal estaba rodeada de un foso, que era poco profundo, pero añadía protección. Cada esquina tiene cubos macizos, que también están en la cara central de cada lienzo con mampostería, misma técnica usada para los muros. Los más destacados son los que tienen plantas pentagonales y el que tiene planta heptagonal.
Hablando de los muros, tienen una anchura de dos metros, aunque antes del desmantelamiento eran más elevados. Esto se hizo para evitar sublevaciones como la de Beltraneja.
El Alcázar de Toro en la actualidad
Después de unos años, en los cuáles se usó como matadero municipal y almacén, se declaró Monumento Histórico Artístico en 1931, encontrándose en mal estado. Ya en el año 2015, el Ayuntamiento de Toro realizó obras de conservación de sus restos, además de restaurar algunos como sus 180 metros de adarve.
Además, se le añadió una doble sala de exposiciones y un centro de interpretación para la villa de Toro, así como una oficina de turismo. La edificación es totalmente visitable y abre todos los días, salvo el 1 de enero y los lunes. Se puede ver de manera gratuita, sin tener que reservar ni pagar absolutamente nada.
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